Disco lento: ¿qué puede causar lentitud, cómo comprobarlo y qué hacer con un disco lento?

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Si tienes un disco roto, sabes lo desagradable que es, pero hay casos en que el problema puede solucionarse. Ah, un disco lento. Cualquiera que lo haya experimentado sabe lo mucho que molesta incluso a los usuarios más pacientes. Después de todo, ¿cómo es posible que un componente tan avanzado no pueda seguir el ritmo de nuestra velocidad de pensamiento, haciéndonos esperar segundos (o a veces incluso minutos)? Ya se trate de un disco lento cuando juegas, o de un disco que se estropea en el uso cotidiano, cualquier signo de lentitud suele traer consigo una dosis de insatisfacción e impaciencia. Al mismo tiempo, sin embargo, debería ser una señal de advertencia. Al fin y al cabo, si tu disco va lento, probablemente algo va mal, y cuanto antes se identifique y repare, antes volverás a tener tu ordenador o portátil en condiciones óptimas. Sigue leyendo para saber más sobre el tema, comprender qué puede causar esta lentitud y qué hacer para intentar solucionar el problema.

¿Qué puede causar un disco lento?

No faltan motivos, pero es importante conocerlos todos para estar atento a cualquier señal que pueda mostrar tu aparato. Comprueba cuáles son, junto con las posibles soluciones:

Sistemas y controladores obsoletos

El sistema operativo (SO) y los controladores de los ordenadores se actualizan constantemente. Probablemente te hayas encontrado con estas actualizaciones cuando has intentado apagar el ordenador y ha estado actualizándose durante unos minutos antes de apagarse realmente. Hay varias razones por las que los fabricantes y desarrolladores de software actualizan, como mejorar la seguridad, añadir nuevas funciones y mejorar el rendimiento. Por eso, si tu SO no está actualizado, tu disco y tu ordenador en general pueden funcionar más despacio de lo que deberían. Posible solución: realiza las actualizaciones recomendadas por los fabricantes y desarrolladores de software.

Programas en marcha al inicio

No todo el mundo lo sabe, pero en cuanto enciendes el ordenador, algunos programas empiezan a ejecutarse automáticamente, aunque no los hayas ejecutado. Esto consume el rendimiento de tu PC y, en consecuencia, puede provocar ralentizaciones. Posible solución: En Windows 10, pulsa Ctrl + Alt + Supr al mismo tiempo y haz clic en «Administrador de tareas». A continuación, selecciona la pestaña «Inicio» y comprueba la columna «Impacto del inicio». Mira qué está marcado como «Alto» o «Medio» y, si es algo que no utilizas, selecciónalo y haz clic en «Desactivar». En tu Mac, haz clic en el menú Apple y luego en «Preferencias del Sistema». Luego ve a «Usuarios y Grupos», selecciona el usuario y haz clic en el programa que quieras eliminar del inicio automático, y luego haz clic en el botón «-«. Pero aquí va la recomendación: si no sabes para qué sirve cada programa, no es buena idea quitarlo del inicio automático. Elimina sólo los que sepas con seguridad para qué sirven.

Poca memoria RAM

La lentitud de los discos duros no siempre es culpa únicamente del disco duro. Al igual que en un coche, donde las piezas y componentes están interconectados, los problemas en uno de ellos pueden provocar un descenso del rendimiento en otros. La falta de RAM es uno de esos casos. Funciona con el procesador, transportando datos e información de los programas instalados en el ordenador. Cuantos más programas se ejecuten al mismo tiempo, más se «cargará» la RAM, hasta el punto de perjudicar el rendimiento del ordenador, lo que puede hacer pensar que se trata de un disco lento. Posible solución: además de desactivar los programas que se inician con el sistema, puedes cerrar las aplicaciones que no se estén utilizando en ese momento, lo que libera RAM y tiende a mejorar la velocidad de procesamiento.

Sobrecalentamiento

Las temperaturas elevadas pueden reducir el rendimiento de un disco. Una prueba sencilla de ello es cuando se utiliza un portátil sobre el regazo durante mucho tiempo: el aparato se calienta y no es raro que el disco se bloquee, incluso en las operaciones más sencillas. También hay que tener en cuenta que el exceso de temperatura puede reducir la vida útil de un disco hasta en dos años, como han demostrado las pruebas de National Instruments. Posible solución: intenta utilizar los portátiles sobre superficies duras. Si se dejan sobre el regazo, sobre un cojín o sobre otras superficies más «blandas», pueden obstruirse las salidas de aire, lo que puede provocar un sobrecalentamiento. Además, el sobrecalentamiento también puede deberse a problemas con el sistema de refrigeración del ordenador, como los refrigeradores y los enfriadores de agua. Si no se pueden arreglar, lo mejor es sustituir el componente.

Multitarea

La multitarea consiste en utilizar varios programas al mismo tiempo. Con mucho que cargar y escribir, la velocidad de escritura y lectura del disco puede resentirse. Posible solución: cierra los programas que no estés utilizando. Es preferible dejar sólo los que sean imprescindibles, lo que redunda en un mejor rendimiento de todo el sistema.

Almacenamiento completo

Volviendo a la comparación con los coches, compara el mismo vehículo en dos situaciones: en la primera, sólo está el conductor en el coche; mientras que en la segunda, hay un pasajero en el asiento del copiloto y tres más en la parte trasera, además de un maletero lleno. Está claro que las prestaciones del coche serán mejores en la primera situación que en la segunda. De hecho, cuanto más potente sea el motor, menos diferencia notarás con el exceso de peso, pero existe. Lo mismo puede ocurrir con un atasco de disco. Cuando el disco duro está lleno, el sistema operativo no tiene espacio libre para trabajar con normalidad, lo que dificulta la creación de archivos temporales, por ejemplo. Posible solución: borra los archivos que no necesites. Vaciar la papelera de reciclaje puede ayudar, pero asegúrate de no borrar algo que no debas. Si el disco está lleno de archivos realmente importantes, una solución es invertir en un disco nuevo con más espacio de almacenamiento. Los discos externos son incluso mejores para este fin, ya que no requieren que abras el ordenador para sustituir la pieza.

Disco fragmentado

Probablemente hayas oído hablar de la desfragmentación de discos, o incluso hayas realizado el procedimiento unas cuantas veces. Pero, ¿sabes qué es un disco fragmentado? Básicamente, la fragmentación es el resultado de modificaciones constantes en los archivos del disco. Como resultado, se almacenan en «trozos» (fragmentos), lo que hace que la lectura y escritura sean más lentas que si estuvieran todos en un único «fragmento». Posible solución: desfragmentar el disco. De este modo, los «trozos» de archivos se reorganizarán en función de sus datos, acercándolos al lector y mejorando así la velocidad de lectura y escritura de datos. En Windows 10, abre la barra de búsqueda de Windows y escribe «Desfragmentar» (sin las comillas). Selecciona la opción «desfragmentar y optimizar unidades», elige la unidad de disco deseada y haz clic en «Optimizar». En el Mac, esto es una necesidad menos frecuente. Al fin y al cabo, todas las versiones a partir de OS X 10.2 disponen de una función de desfragmentación automática, que el propio SO realiza para optimizar el disco duro. Otra precaución: nunca desfragmentes los SSD, sólo los discos. Como los SSD no tienen movimiento mecánico, no tiene sentido acercar los archivos al lector. Además, desfragmentar un SSD hace que la información del disco se reubique entre sectores innecesariamente, lo que puede acortar su vida útil. Leer más: SSD o disco, ¿cuál es la diferencia, cuál es mejor y cómo saber si es un SSD o un disco?

Virus

La presencia de virus y programas maliciosos también puede provocar la lentitud del disco, ya que se realizan operaciones innecesarias -e incluso peligrosas- en el disco duro. Posible solución: utiliza un buen antivirus en tu ordenador. Aunque requiere potencia de procesamiento, las ventajas superan con creces los riesgos.

Disco antiguo

Por último, pero no menos importante, tener un disco roto puede ser señal de que ya ha cumplido su función como componente y, por tanto, necesita dejar paso a un nuevo disco de almacenamiento. Posible solución: sustituir el disco por un modelo más actual, preferiblemente un SSD, que tiene velocidades de lectura y escritura significativamente mayores.

¿Cómo pruebo un disco lento?

La primera prueba, más empírica, consiste en el uso diario. Si utilizas mucho tu ordenador, probablemente te darás cuenta de cuándo funciona mal. Ante cualquier sospecha, merece la pena que un técnico analice tu ordenador para averiguar si hay algún problema que cause la lentitud del disco. Podría tratarse de un problema de software, que se solucionaría con unos sencillos procedimientos. Sin embargo, si el problema es de hardware, es probable que haya que sustituir alguna pieza o componente.

¿Cómo recupero un disco externo lento?

Básicamente, los mismos consejos que hemos visto antes también se aplican a un disco externo con roturas de PC. Así que merece la pena aplicarlos para ver si el dispositivo empieza a funcionar mejor.

Disco con pausas: una situación molesta, pero que puede resolverse.

Tener un disco que se bloquea constantemente está lejos de ser lo ideal, pero es algo a lo que siempre somos propensos. Si estás atento a las posibles razones y soluciones que hemos destacado más arriba, te resultará más fácil descubrir y solucionar el problema. Si tu problema no es un disco lento, sino la pérdida de archivos importantes, recuerda que siempre puedes contar con Bot Recuperación de Disco. Así, ¡tendrás a los mejores profesionales comprometidos con la recuperación de esos archivos y documentos tan importantes!

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